CRISIS DE CARBURANTES EN EL PAÍS

El mes de marzo inició con una principal preocupación para el aparato productivo nacional como la población en general, que fue la crisis de carburantes ante el desabastecimiento de Gasolina y Diesel en los distintos departamentos de Bolivia.

En fecha 06 de marzo, diversos medios de comunicación a nivel nacional, indicaban que, existían alrededor de 2.000 cisternas paradas a la espera de cargar combustibles en Argentina, Perú, Paraguay y Chile, donde, los mismos transportistas, atribuían al incumplimiento de pago por parte de YPFB a las empresas.

¿Dónde se origina este problema? Como país estamos atravesando un contexto económico bastante adverso, crecimiento económico a la baja, aceleración de la inflación, déficit comercial y, sobre todo, en el mercado cambiario, desde la gestión 2023, con un tipo de cambio paralelo presente el mercado producto de la escasez de divisas.

En el caso particular de YPFB, la incidencia fue mayor, dado que, en 2024, se concluyó el contrato de exportación de gas al Argentina, por lo que, los ingresos que percibe empezaron a disminuir. Sumado a ello, el constante descenso de las Reservas Internacionales Netas (en la porción de divisas), dificulta no solo al gobierno y empresarios, sino también a las empresas estatales, al acceso a divisas para cumplir sus obligaciones con el exterior.

En ese sentido, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el país, durante la gestión 2024, importó 2.450.848 toneladas de combustible por un valor de 2.680 millones de dólares. Como se puede observar en el gráfico N°1, la tendencia de los volúmenes de importación de carburantes fue cada vez mayor, lo cual, se encuentra ligado a la falta de política de exploración que se tuvo en los años de bonanza.

El parque automotor nacional demanda 6 millones de litros de Gasolina y 7 millones de litros de Diesel de manera diaria, concentrándose el 80% del mismo en las 3 ciudad del eje troncal, es decir, Santa Cruz, La Paz y Cochabamba. Según la última información disponible a la gestión 2023, en el país se cuenta con un parque automotor de 2,5 millones, el cual, en promedio, tiene un crecimiento interanual del 5%.

Como mencionamos anteriormente, la escasez de divisas y la constante caída de las RIN, dificulta al estado y a las empresas públicas y privadas el cumplir las obligaciones comerciales con el exterior. Según la última información disponible por parte del BCB, las RIN alcanzaron un valor de 1.976 millones de dólares al cierre de la gestión 2024, donde, solamente 47 millones, se encontraban en divisas, cuando, se necesita al menos, 220 millones de dólares de manera mensual, para la importación de carburantes.

Si bien la gestión pasada se promulgaron Decretos Supremos, permitiendo a los privados realizar la importación de combustibles para consumo propio y, tiempo después, la importación para la comercialización, no tuvo los resultados esperados, principalmente por los aspectos legales y burocráticos que se deben realizar para contar con todas las autorizaciones correspondientes. En ese sentido, YPFB debe dar cumplimiento al mandato constitucional de abastecimiento de hidrocarburos al mercado interno.

Finalmente, este problema es complejo, pero tiene un impacto directo en el aparato productivo y la población en general, puesto que, dificulta la movilidad de las personas, la logística, la producción, etc. Por lo que, el no contar con un constante abastecimiento, interrumpe el proceso, encarece los costos, que, al final, se traduce en un incremento generalizado de precios, que acentúa el problema de la inflación en nuestro país.

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