INCREMENTO SALARIAL Y SUS EFECTOS

En fecha 28 de abril de la presente gestión, el Gobierno y la Central Obrera Boliviana (COB), a través de conferencia de prensa, anunciaron el incremento Salarial acordado para el año 2025, el cual fue únicamente consensuado entre ambas partes, nuevamente, sin involucrar al sector empresarial. En ese sentido, para la presente gestión, el incremento salarial será del 5% para el Haber Básico y del 10% para el Salario Mínimo Nacional, situándolo en Bs. 2.750 (Dos mil setecientos cincuenta 00/100 Bolivianos).

Sin embargo, el contexto económico actual por el cual se encuentra atravesando nuestro país, no brinda las condiciones necesarias para que el sector empresarial y público asuma dichos porcentajes de incremento. A continuación, iremos desglosando elementos que describen la situación actual laboral:

Figura N° 1: Relación Salario Mínimo Nacional Vs. Productividad Laboral

Fuente: Bloomberg y OIT

Elaboración: Observatorio Económico ICAM

Bolivia tiene el Salario Mínimo Nacional (SMN) por encima de economías como Colombia, Brasil, Perú y Argentina, sin embargo, la productividad laboral es de 8 $us/hr./trabajador, muy por debajo de todas las economías sudamericanas, inclusive Venezuela.

Por otro lado, desde la gestión 2007 a la presente se observa un crecimiento acumulado de 182,2% en el SMN versus una inflación acumulada de 88,5%, lo cual es desproporcional como se denota en el gráfico a continuación, dado que, nunca se siguió criterios económicos para la aplicación del % de incremento.

Gráfico N° 1: Incremento SMN e Inflación (en porcentaje)

        Fuente: Decretos Supremos e Instituto Nacional de Estadística

         Elaboración: Observatorio Económico ICAM

Por otro lado, habiendo analizado el SMN, la inflación y productividad laboral, es importante contextualizar información respecto a la población ocupada y las características de dicha población ocupada. Según información del Instituto Nacional de Estadística, se tiene 6´746.089 personas ocupadas al mes de marzo 2025, según la Encuesta Continua de Empleo, sin embargo, el 68,28% de dichas personas, son: Trabajador(a) por cuenta propia, Empleador o socio que no recibe salario, Familiar o Aprendiz sin remuneración, Cooperativista de producción y Trabajador(a) del hogar. En ese sentido, el potencial “beneficiario” del incremento salarial sería el 31,7% de la población ocupada, pero, nuestro país tiene una informalidad del 80,8% según la Organización Internacional del Trabajo, por lo cual, solamente un 19,2% de dicha población podría “beneficiarse”.

Sin embargo, el sector empresarial al cumplir con la determinación del incremento salarial se verá comprometido, por la composición del mismo, dado que, el 70,4% de la Base Empresarial Activa son empresas unipersonales y, si analizamos según tamaño, más del 60% son Pequeñas y Microempresas. Asimismo, es importante precisar que, el costo real para el empleador no es el salario del trabajador, sino a ello, se suma las diferentes contribuciones que se realizan tal como se muestra en el cuadro a continuación:

Cuadro N° 1: Costo Real de un empleado en el Sector Empresarial

                                Fuente y Elaboración Propia

Para analizar y comprender el cuadro, se tienen los siguientes supuestos, el trabajador ingresó en la gestión 2020 con sueldo básico de Bs. 7.000, sin embargo, por los aportes patronales, el costo real al momento del ingreso del trabajador para la empresa es de Bs. 10.502. Considerando los incrementos salariales dictaminados entre 2020-2025, el trabajador en la gestión 2025, cuenta con un sueldo básico de Bs. 8.939,04, siendo el costo real para la empresa de 13.455,94. Este cuadro pretende ejemplificar que, el costo no solo incrementa el sueldo del trabajador, sino, incrementa el costo del empleador de una manera mayor al porcentaje dictaminado.

Finalmente, la determinación del incremento salarial en la presente gestión, condicionará y limitará más aún la mantención de fuentes de empleo formal, provocará que muchas empresas tengan dificultades financieras para el pago y posiblemente tengan que limitar la producción y/o la oferta de servicios en una coyuntura adversa y cambiante.

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